Un apuesto joven, al que había besado en los labios con dulzura, fue el único que asistió a su entierro. Un bosque majestuoso, fresco, y con un agradable olor a tierra mojada, el escenario perfecto de su despedida. La brisa entre las ramas y el canto de los pájaros en libertad, la banda sonora para aquel final.
Después de susurrar unas palabras, que nadie pudo oír, se marchó dejándola allí eternamente sola. Nunca encontraron ni su cadáver ni a su asesino.
De nuevo encantada de leerte. El final me ha dejado sin respiración...
ResponderEliminarMuchisimas gracias Mar
ResponderEliminarQué gótico! Misssterioso... :)
ResponderEliminarHola Alejandro,me gusta éste, un principio descriptivo que te introduce en el ambiente, y un final rotundo..Emma
ResponderEliminarEstupendo microrrelato, he llegado a ti desde tu enlace en el Facebook, me encantan los microrrelatos así que me pasaré por aquí a leerte, yo también tengo alguno en mi blog.
ResponderEliminarUn saludo!