Cuando Héctor o Aquiles no tienen la suerte de morir en Troya, se convierten en Ulises intentando regresar a Ítaca bajo un cielo sin dioses, y llamándose Nadie para sobrevivir en la cueva del cíclope.

Cualquiera puede ser Héctor o Aquiles. Lo difícil es ser Ulises con una Troya ardiendo en la memoria.

26 ago 2017

CHULOS DE PISCINA


Era uno de esos días de verano en los que el sol parece querer vengarse de alguien. El aire, mas que moverse parecía envolverte provocando una sofocante sensación de asfixia, y aquel era el único lugar donde se podía encontrar gente congregada al aire libre, la piscina.

Yo poseía una gran facilidad para acercarme a la gente y hacer amigos por lo que, desde hacía ya un buen rato, me encontraba bien integrado entre un grupo de chicos de mi edad. Permanecíamos sentados en círculo bajo unas sombrillas cuando uno de ellos me dijo disimulando:

-          Aquella chica no te quita la vista de encima.

Todos miraron disimuladamente hacia allí donde, efectivamente, una chica alta y rubia, muy guapa, no cesaba de echarme ojeadas furtivas por encima de su revista.

-¿Apostáis a que, si me voy al agua, no tarda más de diez segundos en venir tras de mi?

Mis nuevos compañeros me miraron calibrando la magnitud de mi fantasmada. Pero, nada más ponerme en pie, la chica dejó a un lado la revista, y apenas hube tocado el agua, su mano ya agarraba la mía.

-¡Ulises!, que sea la última vez que te vas al agua sin manguitos.


Me sacó del agua y me subió en brazos dirigiéndose a su tumbona mientras yo, desde su hombro, dedicaba a mis amigos mi mirada más triunfal.



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