Cuando Héctor o Aquiles no tienen la suerte de morir en Troya, se convierten en Ulises intentando regresar a Ítaca bajo un cielo sin dioses, y llamándose Nadie para sobrevivir en la cueva del cíclope.

Cualquiera puede ser Héctor o Aquiles. Lo difícil es ser Ulises con una Troya ardiendo en la memoria.

18 may 2011

ANTÁRTIDA


Aún no podía hacerme a la idea. Diez seres humanos inmersos en catorce millones de kilómetros cuadrados, y teníamos que acabar en el mismo lugar. La desolación del capitán Scott no puede describirse con palabras. Es como si esa bandera noruega se  la hubiese clavado Amundsen en el mismo corazón. No recuerdo un regreso tan desolador. Cinco partimos de la isla y con la muerte éramos seis en la vuelta. Evans volvió a equilibrar el número y, si no lo remedio, mi pierna herida hará  que la parca sea la única que vuelva a Inglaterra. He despertado a Henry.

- Tranquilo, solo voy a salir un rato.



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