Cuando Héctor o Aquiles no tienen la suerte de morir en Troya, se convierten en Ulises intentando regresar a Ítaca bajo un cielo sin dioses, y llamándose Nadie para sobrevivir en la cueva del cíclope.

Cualquiera puede ser Héctor o Aquiles. Lo difícil es ser Ulises con una Troya ardiendo en la memoria.

9 may 2011

LEYENDAS


El apuesto joven al que besó en los labios con dulzura por primera vez, se tornó al instante en sapo venenoso y huyó despavorido hacia lo profundo del bosque. Años más tarde, le llegaron noticias de que una princesa, mediante otro beso igual de casto y puro, había deshecho la horrible transformación, arrebatándole así su primer y único amor, al que nunca había dejado de buscar.

Pese a las creencias populares, de que ya desde su nacimiento pesaba sobre ella la marca del diablo, fue en ese instante cuando se supo bruja, odiando profundamente el amor y a las princesas.



2 comentarios:

  1. Qué duro es descubrir de uno mismo lo que no nos gusta...
    Muy bueno!

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  2. hummm.. autobiografico? me encanta la temática. Princesas y sapos, cuando quieras, prenda!

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