Cuando Héctor o Aquiles no tienen la suerte de morir en Troya, se convierten en Ulises intentando regresar a Ítaca bajo un cielo sin dioses, y llamándose Nadie para sobrevivir en la cueva del cíclope.

Cualquiera puede ser Héctor o Aquiles. Lo difícil es ser Ulises con una Troya ardiendo en la memoria.

26 jun 2011

DUELO A MUERTE


Era un rival grande, sería difícil fallar, pero sentía el revólver tan pesado que dudaba si podría prepararlo con la rapidez y destreza necesarias para salvar la vida…una vez más.

El sol estaba en lo más alto del cielo, el sudor de mi frente me hacía entrecerrar los ojos, mientras las campanas de una Iglesia cercana comenzaban a marcar la hora señalada. Un paso, dos, tres… El sonido de las botas retumbaba en mis oídos al compás de los latidos de mi corazón. Un segundo más y todo habría terminado, cuando, de repente,  un grito desgarró el ceremonioso silencio:

-¡Aitor, a comer!

Aunque intenté evitarlo, al pasar junto a él, pude ver el gesto burlesco de su lengua de peluche, y sus ojos, clavados en mí, parecían decir “Corre con mamá, has vuelto a salvar el pellejo”.





17 jun 2011

APOCALIPSIS CAPITALISTA



-          ¿Y cuándo será el incendio?

-          Será el jueves, a las siete en punto. Y cuando digo en punto, no quiero decir a y cuarto, ni a y media, quiero decir exactamente a las siete. Bastante me cuestionan ya.

-          Mire que nos podemos buscar un problema, que es una especie protegida. Como descubran que ha sido provocado se nos va a ver el plumero, y no son precisamente tontos.

-          Eso ya lo sé, los hice a mi imagen y semejanza, pero es un terreno con infinitas posibilidades, en un emplazamiento inmejorable y me han hecho una oferta que no puede rechazar ni dios.



10 jun 2011

ALGO PARA OLVIDAR



            Cuando Wendy se percató de que Peter se encontraba al otro lado del cristal de la ventana ya fue demasiado tarde. Se quitó a su amante de encima como pudo y, desnuda, corrió para tratar de alcanzarlo y darle una explicación que no existía, antes de que su sombra se perdiese en la oscuridad.

            Aquella noche Peter se dejó atrapar al fin por los piratas, y pese a lo que ellos pudiesen pensar, no era la muerte lo que buscaba, sino la posibilidad de conseguir un buen vaso de ron.



2 jun 2011

AMOR PROPIO



Nada más subir al metro, no pude evitar fijarme en el chico que estaba sentado al fondo del vagón. Era un chico alto, esbelto, guapo y, pese a ir bien arreglado, tenía un aspecto informal y desenfadado. Estaba leyendo, lo que le confería un aspecto aún más interesante, pero creí ver cómo, por un instante,  levantó los ojos de su libro para observarme entre la gente.

Me acababa de duchar, y tanto la falda como las botas las había comprado un par de días antes. La camiseta, de tirantes y ajustada, la había elegido especialmente por ser una de las que mejor me sentaban, con lo que me sentía particularmente guapa aquella mañana y , de hecho, me dio la impresión de que mi atractivo desconocido no había sido el único en percatarse.

Había varios asientos libres y, tras pensarlo un poco, me decanté por uno, lo suficientemente cerca de él como para evaluar mis posibilidades, pero lo suficientemente lejos como para no dárselo a entender.

A lo largo del trayecto fui experimentando sus reacciones. La primera parada comenzó con las miradas. En la segunda, dio paso a los cambios de postura, mientras que en la tercera ya había pasado a las sonrisas.

A medida que se desarrollaba el juego me sentía más y más atractiva, hasta el punto de que, cuando se decidió a hablarme, yo era ya inaccesible.