Cuando Héctor o Aquiles no tienen la suerte de morir en Troya, se convierten en Ulises intentando regresar a Ítaca bajo un cielo sin dioses, y llamándose Nadie para sobrevivir en la cueva del cíclope.

Cualquiera puede ser Héctor o Aquiles. Lo difícil es ser Ulises con una Troya ardiendo en la memoria.

27 abr 2011

PERDER LA CABEZA


Le dejo llevar la iniciativa. Soy primerizo en esto del sexo, y ella es consciente, una hembra hecha y derecha cuyos ojos denotan experiencia y el hecho de tener las cosas muy claras. Tras unos segundos, ya me ha hecho rozar el éxtasis, así que me dejo llevar, quizá aún tenga la suerte de repetir…

Se encarama a mi espalda, juguetona, coquetea. Busca mi cuello, se lo cedo. Mordisquitos, primero suaves, demasiado tarde salvajes y despiadados. Mi cabeza se desprende del cuerpo mientras sus enormes ojos verdes, ávidos de alimento, me despiden como el insignificante insecto que soy.





(Relato ganador del primer Premio del I Certamen de microrrelatos "Pa lo que hemos quedao")


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