Cuando Héctor o Aquiles no tienen la suerte de morir en Troya, se convierten en Ulises intentando regresar a Ítaca bajo un cielo sin dioses, y llamándose Nadie para sobrevivir en la cueva del cíclope.

Cualquiera puede ser Héctor o Aquiles. Lo difícil es ser Ulises con una Troya ardiendo en la memoria.

25 abr 2011

EL MUSEO DE CERA


         Como cada noche hacía la ronda previa a cerrar el museo, visitando en último lugar el espacio dedicado al terror y sus protagonistas. Allí, agazapada entre Drácula y una desgastada momia, una figura más real de lo habitual llamó mi atención. El chico, de unos catorce años, viéndose descubierto se incorporó y vino a mi encuentro.

-          ¿Qué hacías ahí, hijo? le pregunté en tono condescendiente. - Es hora de cerrar.

Su respuesta heló tanto mi alma como mi lengua.

- Mamá me dijo que, al nacer yo, papá sintió mucho miedo, y se fue para siempre. Hace apenas una hora, en este mismo museo, Marta, al abrirle mi corazón me dijo que sus sentimientos hacia mí le producían pavor, y se marchó sin darme explicación alguna. Creo que a mi edad, con toda una vida dedicada a atemorizar a cuantos me rodean, me he ganado el derecho a permanecer en esta sala.



2 comentarios:

  1. ¡Hola!

    Me atrevo a dejarte un comentario en este microrrelato porque es el que más me ha gustado. Para mí, es impactante y desgarrador.

    Seguiré leyéndote.

    Un abrazo :)

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  2. Lo siento, éste no está a la altura...

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